Ya sea en mayor o menor medida, la gran mayoría de los productos de limpieza son
potencialmente nocivos para la salud. Aunque no todos son igual de tóxicos, inflamables o
corrosivos, su uso inadecuado puede presentar inconvenientes. Por ello, resulta fundamental
seguir adecuadamente una serie de recomendaciones para no caer en errores.
1. Seguir las recomendaciones del fabricante.
Todos los fabricantes incluyen en el envase del producto las indicaciones fundamentales para su
uso, las cuales deberemos seguir para proteger nuestra salud.
2. Ventila los espacios.
Una excelente recomendación sería ventilar los espacios en los que limpiemos abriendo puertas o
ventanas. De esta forma, minimizamos considerablemente el impacto de los vapores que se
encuentra en algunos productos de limpieza (lejía, amoníaco, disolventes…). Con ello, reducimos
el riesgo de sufrir una intoxicación por inhalación.
3. Utiliza guantes y/o mascarilla.
Siempre que sea posible, protégete con guantes y/o mascarilla, especialmente cuando
uses productos de limpieza que desprendan vapores.
4. No usar productos de limpieza en concentraciones superiores a las indicadas.
De nuevo, nos remitimos a las indicaciones del fabricante para saber cuáles son las cantidades
recomendadas. Si nos excedemos en este punto, no conseguiremos una mayor eficacia, sino un
incremento de la contaminación y el riesgo para nuestro organismo.
5. No uses productos de limpieza en entornos con alta temperatura.
Nos referimos en este caso a fuentes de calor encendidas como las que encontramos en la cocina
o incluso bombillas de alta potencia. Por supuesto, tampoco deberemos deberemos fumar jamás
cerca de este tipo de productos.
6. Conserva los productos en sus envases originales.
Los envases de estos productos están especialmente diseñados para asegurar la máxima seguridad
evitando derrames o fugas. En la medida de lo posible, lo mejor es mantener estos productos en
su envase.
7. Nunca mezcles productos.
A no ser que el fabricante lo señale, jamás mezcles productos de limpieza, ya que podrías
provocar una reacción química nociva y peligrosa.
Lávate las manos
Cuando hayas finalizado de manipular este tipo de productos, lávate siempre las manos,
especialmente si vas a beber o a comer.
